
Si, bañarse en agua fría o helada conlleva múltiples beneficios en nuestra mente y cuerpo.
De hecho, vale la pena empezar con este increíble hábito cuanto antes. Yo lo incluyo dentro de los hábitos de mejora personal, espiritual y salud, incluso para un buen cambio físico.
1. El problema de la comodidad hoy en día
Vivimos en una era fácil, dónde todo está al alcance de nuestra mano. Tenemos alimentos nada más al levantarnos o en el supermercado cercano a casa, tenemos calefacción en todos los sitios (casa, trabajo, coche…) y muchas otras comodidades más.
El problema viene cuando nos acostumbramos demasiado a estas comodidades.
Es importante ser consciente de este cambio que hemos sufrido (a mejor sin ninguna duda) y qué hábitos podemos recuperar para una mejor salud, cuerpo y mente, de los cuales hemos dejado atrás hace muchos años.
El frío ha formado parte de muchos países expuestos a él, y por lo tanto muchas personas se han adaptado y reforzado inmunológicamente, pero muchas otras o lo evitan, o simplemente viven en un clima cálido todo el año.
Por qué mucha gente que vive en países cálidos todo el año y cuando viajan a algún lugar que hace frío o golpe de aire frío se resfrían? O por qué cuando te vas una semana al caribe o sitios de verano y luego cualquier aire acondicionado, o simplemente llega el invierno frío, la gente se resfría con más facilidad?
Porque nos acostumbramos al calor, debilitando poco a poco nuestro sistema inmunológico y haciéndonos más débiles frente a los cuerpos externos como bacterias o virus.
Esto pasa con mucha frecuencia.
Evitamos el frío con la calefacción al máximo en todos los momentos de nuestra vida, acostumbrando a nuestro cuerpo a vivir con la calefacción a todas horas, en el coche, en casa, en el trabajo, super abrigados en la calle… Y no hablemos de los que viven en un clima de verano todo el año.
2. Beneficios de los baños de agua fría
Con los baños de agua fría o de hielo, lo que hacemos es reforzar nuestro cuerpo y mente, aumentando nuestro sistema inmunológico, mejorando la circulación y nuestra piel, nuestra energía y vitalidad, y sobretodo, salir de la horrible y matadora zona de confort que nos perjudicará a la larga haciéndonos más débiles.
Voy a empezar contándote los beneficios de adaptación al frío para que veas que merece la pena empezar a implementar este hábito en tu vida.
- Ayuda a mejorar la circulación de nuestro cuerpo.
- Regula nuestra temperatura corporal.
- Alivia la tensión de nuestros músculos tras realizar deporte.
- Obtenemos poco a poco un control mental y físico increíble.
- Consigue estimular nuestro cuerpo.
- Hace que nuestro sistema inmunitario se fortalezca, sobre todo el linfático.
- Nuestra mente se mantiene despejada y atenta.
- Se reducen los niveles de estrés y ansiedad.
- Se consigue descansar mejor durante nuestras horas de sueño.
- Mejora el aspecto de nuestra piel ya que consigue cerrar los poros.
- Proporciona más energía para realizar más cosas durante el día.
- Se queman muchas más calorías debido a que aumenta nuestro metabolismo.
- Hace que nuestro pelo se vea más sano y brillante.
3. ¿Cómo empezar a bañarse con agua fría?
1. Primero de todo y muy importante, es ir poco a poco y evitar contraer músculos o temblar, acostumbrando tu cuerpo muy lentamente al frío, empezando con duchas frías de 30 segundos y bajando la temperatura cada vez más. Debemos de cubrir con esa agua fría el cuello, el pecho, espalda y muñecas mínimo.
2. Una vez aguantemos el frío por completo de nuestra ducha, subimos el tiempo de aguante a 1 minuto. Poco a poco acabamos las duchas frías de 1 a 4 minutos bajo el agua.
Sobretodo que el agua fría nos pase por el cuello, pecho, espalda y muñecas. Básicamente es donde pasan las arterias principales y venas más gruesas.
3. La siguiente progresión una vez ya nos adaptemos y no nos cueste nada aguantar el frío de nuestra ducha, podemos hacer bañeras de agua con hielo y poco a poco vamos metiendo más hielo en la bañera y vamos aguantando más tiempo progresivamente. Si no tenemos bañera nos duchamos en el mar o piscinas congeladas en invierno.
Cada día nos superamos un poco más, ya sea de mas tiempo en la ducha o más frío (bajando la temperatura o metiendo más hielo en la bañera) hasta que nos acostumbremos y el frío forme parte de nuestro día a día.
También es importante saber que la mente nos pondrá todas las escusas del mundo para no hacerlo. Escusas como … “ahora no me apetece, mañana si eso”, o “esto no es para mí” o “sal ya que no aguanto más”
4. Mejores e importantes consejos a tener en cuenta
- Entrar en calor nada más acabemos el baño frío. Sino, podemos llegar a enfriarnos y hacer el efecto contrario, y acabar resfriados.
- Mínimo 1-2 minutos y máximo 5 o 6 minutos de baño de agua fría al día ya está bien y obtenemos los beneficios más que suficiente.
- Relajar la mente y cuerpo mientras respiras profundamente. Siente el frío como si fuese parte de ti. Intenta relajarte lo que puedas y hazle entender al cuerpo respirando profundamente y sintiendo ese frío como si fuese algo normal. Cuanto más tiembles y contraigas los músculos voluntariamente, peor será, ya que le estás comunicando al cuerpo que hay un peligro, y no queremos transmitirle eso. Con el tiempo controlarás tu cuerpo al frío y te bañarás en agua helada sin temblar lo más mínimo.
- La mente hará lo posible para que salgas y te saboteará constantemente, tanto antes de bañarte (haciendo lo posible para que no te bañes y poniéndote escusas) como cuando te estás bañando (te hará pensar en que esto es una mala idea). Por eso ponte temporizador o no salgas según tus objetivos de tiempo.
- No te bañes si te sientes débil, resfriado o con fiebre. Queremos fortalecer el sistema inmunológico cuando está bien, no debilitarlo cuando estás débil y empeorarlo. Bañarnos en agua fría cuando nos sintamos en forma.
5. Conclusión
Considero que si no tenemos alguna enfermedad importante de circulación o del corazón, deberíamos añadir este increíble hábito a nuestras vidas, ya que nos hace superarnos constantemente y nos da un control mental y corporal increíble.
Seamos un poco mejores cada día y superémonos en algo para que cuando miremos atrás en el futuro, nos sintamos orgullosos de esa persona en la que nos hemos convertido.
Salgamos de nuestra zona de confort. El crecimiento está fuera de ella.